Recuerdas, Claudio, aquella noche fatídica, transcurrida tiempo atrás? Esa de vahos etílicos y drogas blandas de baja gama,
de esa fiesta privada
a la que nos negaron la entrada?
Recuerdas a esa muchacha que, azarosa,
apareció de la misma nada?
Aquella de cabello enrulado,
enjunta y voluptuosa,
entregada a la necesidad imperiosa
de ser amada?
De las idas y vueltas,
del que vos,
del que yo,
del que vos,
del que…
para luego terminar,
los tres
tendidos,
en la cama?
Y luego de unos besos alternados
y el necesario despojo del vestuario
decidiste poseerla por detrás
sin siquiera consultarlo.
Asi quedé, yo por debajo,
del peso de ambos, depositario,
observando tu rictus orgásmico,
mientras tu sudor goteaba en mi cara
Recuerdas, Claudio,
recuerdas
el roce
involuntario
de nuestros genitales?
Yo no Claudio,
yo no.
Creo
que prefiero
no recordarlo.
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