De vez en cuando
sueño
con casas.
Casas,
que no son mi casa
pero que
en el sueño
si lo son.
Casas añejas
de techos altos
y vidas largas
que al igual que mi casa
necesitan refacción.
Entonces
lijo
y pinto
y cableo
y reparo.
Y al final despierto.
Aún dormido
recorro la casa
recorro la casa
-mi casa-
y contemplo la desidia
con sus paredes escamosas,
sus pisos con pegote
y sus bollos de ropa
acartonándose al sol.
Entonces
me preparo un buen café
y juego
las cinco vidas
del candy
crush.
crush.
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