Atiendo el llamado y sos vos, 
que me saluda, como si nada.
Atónito, te pregunto si de veras volviste 
de entre los muertos.
Y no me respondes.
Ya no me respondes.

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El resto de la noche
la paso despertando
una y otra vez
creyendo oír al teléfono
que suena.

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