El otro día soñé que volvía a fumar.
No, no era algo placentero.
Fumaba y tosía,
pitaba, y el humo negro
alquitranado
me hacia picar la garganta,
alquitranado
me hacia picar la garganta,
y revolvía mi estomago.
Era desagradable
pero igual me obligaba:
por algun motivo
por algun motivo
estaba convencido
de que fumar sería la solución
a todos
y cada uno
de mis problemas.
Bueno, no a todos,
pero casi.
Entonces desperté.
Tenía la garganta irritada
Tenía la garganta irritada
de tanto roncar.