Trabajo de campo

Si usted es hombre es claro que ha presenciado tal espectáculo. Incluso, si es mujer, pero alguna vez ha ingresado al habitáculo que se esconde detrás de la puerta con el rotulo 'hombres', es probable que también sepa de lo que estoy hablando. Siempre están allí, en cualquier baño público mas o menos concurrido: un grosero manojo de vellos púbicos flotando en el mingitorio, entre bolitas de desodorante y algún que otro chicle masticado.

Más allá del impacto visual que genera tal imagen, el hecho no deja de producir curiosidad. ¿Como han llegado esos vellos ahí? ¿Quién los ha dejado? ¿Cual es su objetivo? ¿Que es lo que conduce a un sujeto a arrancar su vello púbico para dejarlo en un mingitorio? ¿Lo hace con las manos? ¿O lleva una tijerita? ¿Es, acaso, una demostración de hombría que no logro comprender? ¿Un comportamiento que marca territorio, como si el compulsivo arrancador de vellos quisiera decir 'si, este es mi vello púbico, flotando en el mingitorio; este mingitorio, en consecuencia, me pertenece”? ¿O acaso existe una enfermedad que produce alopecia genital?

En vista de los acontecimientos, he decidido hacer trabajo de campo. Allí estaré, de 18 a 24, oculto en algún un baño público, simulando orinar en un mingitorio. De incógnito, observando, a la espera de alguno de éstos especímenes. Si me ven, por favor, háganse los desentendidos.

 Un saludo y hasta la próxima.